El 15 de junio se celebra el Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, una fecha en la que concienciarnos sobre un tema que muchas veces pasa desapercibido pero que existe, sobre el que debemos remover y plantearnos la protección de los mayores en todos los ámbitos de la vida.
Las personas de avanzada edad sufren maltrato, abuso e indiferencia de diferentes formas en su vida diaria. Desde el abandono hasta la falta de cariño, desde la soledad a una mala palabra, desde la humillación a no proporcionarles sus necesidades básicas. El buen trato hacia las personas mayores se consigue con su protección y promoviendo su inclusión en la vida social.
En este sentido y según la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), cualquiera que implique un abuso puntual o reiterado que suponga el daño o el sufrimiento del mayor se considera maltrato. Así, podemos distinguir varios tipos de maltrato hacia las personas mayores.
Tipos de maltrato hacia las personas mayores
Maltrato físico: es aquel que alguien ejerce sobre la persona mayor ocasionando un daño corporal al adulto mayor bien mediante un golpeo, empujón o forcejeo. Maltrato físico también es encerrar a una persona contra su voluntad.
Maltrato emocional: una persona mayor que ha sufrido maltrato puede presentar no solo lesione físicas, también emocionales o sicológicas que le reportan secuelas difícilmente detectables. El maltrato emocional se produce cuando se le grita, amenaza, se le humilla o se le ignora. Cuando se le impide ver o visitar a familiares u otras personas cercanas.
Negligencia: se produce cuando la persona a cargo del mayor no le proporciona sus necesidades básicas, ya sea le impide comer, no recibe su medicación o no le asea diariamente.
Abandono: la personas o personas encargadas de sus cuidados se desentienden del mayor, lo que le ocasiona sentimientos de soledad, aislamiento. Más grave aún cuando esta persona es un gran dependiente.
Abuso sexual: el contacto o presencia sexual sin consentimiento.
Abuso financiero: robarles su dinero, sacar dinero de una cuenta bancaria sin su consentimiento o firmar documentos en los que la persona mayor no ha dado su consentimiento ni está al tanto.
El maltrato a las personas mayores debe ser enfrentado y denunciado para que se tomen medidas y pueda dejar de ocurrir. No cesa por sí solo, ya que es muy probable que el mayor no tenga la capacidad de enfrentarse por sí mismo a esta situación. Las víctimas de maltrato y abuso en la vejez suelen ser personas cuyas capacidades físicas o síquicas se ven afectadas, ancianos que sufren algún tipo de demencia… personas frágiles que son un objetivo fácil para ejercer maltrato sobre ellos.
¿Cómo saber si la persona mayor está sufriendo maltrato o abuso?
Generalmente, cuando a alguien le está ocurriendo algo puede verse reflejado en su conducta y forma de actuar. Podemos notas ciertas manifestaciones que nos alerten de que algo está sucediendo.
- Pérdida de peso sin motivo.
- Se muestra nervioso.
- Presenta moratones, cicatrices o cortes.
- Se ve descuidado, sin higiene, con la ropa sucia.
- Desmotivado a la hora de realizar cualquier actividad.
- Vive en un entorno sucio y poco saludable.
- Le faltan sus medicamentos y aparatos para facilitarle la vida.
- Impago de facturas o falta de dinero.
Estos pueden ser indicios de que algo está ocurriendo y debemos pedir ayuda o denunciar a los servicios sociales. Lo importante es proteger a la persona mayor ante cualquier indicio de que está siendo maltratado. Es responsabilidad de todos velar por el bienestar, la salud e integridad de las personas mayores.
¿Qué consecuencias tiene el maltrato o abuso hacia el mayor?
Como se suele decir siempre en relación al daño causado por otra persona, “las secuelas físicas se curan, pero no las sicológicas». Y es que, cuando una persona mayor sufre algún tipo de abuso que dañe su integridad, las heridas físicas sanan con el tiempo, pero causan otro tipo de efectos a largo plazo que destruyen su salud psicológica, lazos familiares, su economía…
Cualquier tipo de maltrato deja secuelas en la persona que lo recibe, sintiéndose triste y deprimida, con miedo y temor, ansiedad, depresión… que son difíciles de recuperar. Las heridas emocionales deben ser tratadas, aunque su detección pueda no ser tan evidente, además, el adulto mayor que ha sufrido abuso o maltrato puede sentirse culpable, por lo que intentará ocultar su estado emocional.
El abuso psicológico o emocional, suele pasar más desapercibido por no mostrar indicios claro de que está ocurriendo. Cuando el cuidador insulta, ignora, amenaza, humilla o le causa dolor emocional al adulto mayor, estamos ante un caso de maltrato que podríamo identificar a través de estos signos: la persona se encuentra deprimida, evita el contacto visual, padece insomnio, se vuelve retraída, no habla abiertamente, se puede mostrar violenta…
Estos son solo algunos de los síntomas que podríamos detectar y que nos indican que algo no va bien y, de no ser tratados, podrían desembocar en problemas más graves como depresión o ansiedad. El sentimiento de soledad, la pérdida de la autoestima son también secuelas emocionales del maltrato y abuso psicológico en personas mayores.
De este modo, las consecuencias del maltrato o abuso del adulto mayor, son devastadoras y aumentan en todo el planeta. Cada vez, más personas mayores son maltratadas por lo que se deben poner los medios necesarios por parte de gobiernos y administraciones para evitar este tipo de situaciones que causan un daño irreparable a este sector tan vulnerable.