Las caídas producidas en las personas mayores siguen siendo una de las principales causas de lesiones en este grupo de edad, especialmente en las mujeres. La mitad de las personas mayores de 80 años, se caen al menos una vez al año. Pero, ¿es posible evitar estas caídas en ancianos? La respuesta es sí, se pueden prevenir si se toman las medidas correctas. Mantenerse activos o contar con un entorno seguro son factores importantes para evitar accidentes y las fastidiosas caídas.
A medida que vamos envejeciendo, nuestro cuerpo sufre las consecuencias de esa pérdida de autonomía: falla el equilibrio, se tiene menor fuerza muscular, se reduce la coordinación que antes teníamos… todo ello hace que se muestre más débil y vulnerable, especialmente a la hora de evitar caernos si no le prestamos la suficiente atención.
En este sentido, una caída en una persona mayor tiene peores consecuencias que en una persona joven y eso les puede llevar a estar mucho tiempo de recuperación o producirles lesiones más graves e incluso la muerte en el peor de los casos. Algunos de los motivos por los que una persona mayor puede caerse son, entre los más comunes:
- Problemas físicos y musculares
- Poca visión
- Uso de medicamentos
- Pérdida de reflejos y equilibrio
- Tropiezos en aceras y bordillos
- Pisar en suelos resbaladizos
- Sortear alfombras y otros objetos en casa
- Subir o bajas escaleras
- Poca iluminación en los espacios de la casa
- Uso de calzado inadecuado
Desde mSoluciona Salamanca queremos proporcionarte una serie de consejos básicos para prevenir y evitar, en la medida de lo posible, las caídas accidentales de personas mayores. Unas veces por salud y otras por situaciones fortuitas tanto en exterior como en el propio domicilio, el caso es que se producen y no con poca asiduidad.
Consejos para evitar caídas en personas mayores
- Mantener una buena forma física: como hemos citado anteriormente, con el paso del tiempo, nuestro cuerpo comienza a perder movilidad por lo que realizar actividades como caminar u otro tipo de ejercicios físicos que ayude a los mayores a mantenerse en forma reduce el riesgo de caídas. La coordinación, fuerza y flexibilidad se verán mejoradas con ejercicios suaves y continuos.
- Llevar una correcta alimentación e hidratación: del mismo modo, lo que comemos influye de manera determinante en nuestro estado de salud. Una buena alimentación mantiene los huesos y músculos fuertes, regula el organismo y previne enfermedades, fundamental para evitar accidentes como las caídas.
- Utilizar un bastón o andador: tanto si sales a la calle como en el domicilio, sentirse seguro es importante para dar cualquier paso en firme. Con la ayuda de un bastón o un andador, la persona mayor se sentirá más protegido y perderá el miedo a desplazarse, proporcionándole una mayor estabilidad.
- Usar dispositivos de asistencia: con ellos, la persona mayor se sentirá más seguro y podrá prevenir caídas. Es el caso de los pasamanos en las escaleras, barras de agarre en la ducha o bañera, asiento del inodoro elevado y otros tantos aparatos que le faciliten su día a día.
Una gran mayoría de las caídas que se producen en personas mayores, se dan en el entorno del hogar. Por ello, es imprescindible adaptar la casa para convertirla en un lugar más seguro y libre de caídas.
¿Cómo adaptar la casa para una persona mayor?
Empecemos por adecuar las estancias en las que la persona mayor pasa la mayor parte del tiempo, como puede ser el dormitorio, el baño y los lugares de tránsito como pasillos y comedor. En estos casos, lo importante es adecuarlo a las personas que allí convivan o, en el caso de que el mayor venga a vivir con nosotros, realizar las adaptaciones oportunas que más les faciliten la convivencia.
En la habitación o dormitorio de la persona mayor, debemos dejar suficiente espacio para que pueda maniobrar, retirando muebles u objetos innecesarios para evitar se golpeé o se les puedan caer. Si tiene dificultad para moverse o hay que ayudarle a hacerlo, lo ideal es que la cama esté a una altura óptima para la persona con algún tipo de apoyo para levantarse o acostarse, los interruptores de la luz a mano, evitar alfombras con las que pueda tropezar…
El baño es un punto crítico para las personas mayores y el lugar donde se producen más caídas dentro del hogar. Un resbalón con agua en el suelo, la alfombrilla, escurrirse a la hora de entrar o salir en la ducha… son algunos de los accidentes más frecuentes. Por eso, es conveniente, poner un plato de ducha en vez de bañera, colocar agarradores para la entrada o la salida a la ducha, utilizar materiales que no resbalen y una buena iluminación.
Los pasillos y sitios de mayor tránsito para el anciano deben estar lo más despejados posibles, sin muebles de por medio, alfombras, cables u otro tipo de objetos con los que tropezar y caerse.
Otra estancia, como es la cocina, procuraremos tener los utensilios más comunes al alcance del mayor, no teniendo que subir a ningún taburete ni agarrar muebles. Proteger también las esquinas que sobresalgan para evitar heridas o golpes.
Rotura de cadera: la lesión más común entre las personas mayores
Las personas mayores son el grupo de edad más perjudicado por las caídas y, entre las más comunes se encuentra la fractura de cadera y la pelvis. La edad de las personas afectadas por este problema suele ser mayores de 80 años, pues este tipo de lesiones va relacionado con el incremento de la edad.
La rotura de cadera se produce, en gran medida, por las caídas accidentales y en el entorno del hogar, ya sea por un mal paso o el tropiezo con algún objeto. Para el tratamiento de la rotura en la cabeza del fémur se debe aplicar cirugía o someterse a terapia ya que el dolor suele ser intenso y persistente.
Normalmente, una rotura de cadera en una persona mayor suele acabar en operación, siendo cirugía de reemplazo o cirugía reparadora. Se podrá lleva a cabo la sustitución total o parcial de la cadera mediante una prótesis o la reparación interna con tornillos. Si hablamos de rehabilitación, consistirá en ejercicios específicos hasta que la persona pueda reanudar la marcha.
Los riesgos de sufrir una rotura de cadera en personas mayores limitan su autonomía e independencia. Si, además, hay una inmovilidad prolongada pueden producirse algunos riesgos:
- Coágulos de sangre en piernas y pulmones, que pueden causar embolias.
- Úlceras por presión.
- Infecciones urinarias.
- Neumonía.
- Mayor pérdida de masa muscular.
- Pérdida de forma física general.
Prevenir las caídas en personas mayores es tan importante para ellos como para quienes se encargan de su cuidado. Visiten al médico con frecuencia para comprobar el estado de salud de la persona mayor que cuida.