Saltar al contenido

Cuidado de mayores con gripe: un invierno más protegidos

Cuidado de mayores con gripe

Como todos los años, el otoño y el invierno, son las estaciones en las que hace aparición el frío y también la gripe, que afecta en mayor medida a la salud de las personas mayores. Esta afección vírica puede tener consecuencias graves para las personas de edad si no se toman las medidas y los cuidados necesarios para preservar su buen estado de salud.

La gripe se transmite con facilidad y es en esta época cuando es más fácil contagiarse de este virus estacional. Así, la prevención es la mejor cura para el sistema debilitado de los adultos mayores ya que son más propensos a contraerla y generarle algún tipo de complicación o agravar enfermedades crónicas, tipo asma o problemas cardíacos.

Para detectar la gripe en personas mayores debemos detectar algunos de los síntomas más comunes, como pueden ser: fiebre, tos, cogestión nasal, dolor de cabeza, dolores musculares y de articulaciones, fatiga, falta de apetito o malestar general. En general, estos síntomas suelen durar entre 2-3 semanas si no aparecen otras complicaciones, por lo que debemos acudir al médico cuando se detecten los primeros síntomas.

¿Qué medidas y cuidados deben recibir los mayores?

– Vacunación: desde la Organización Mundial de la Salud aconsejan vacunarse a todos los grupos de riesgo, en los que están incluidos los adultos de edad, para así evitar complicaciones derivadas.

– Lavarse las manos con frecuencia: con agua y jabón, alcohol o toallitas, limpiar las superficies que tocamos habitualmente como mesas o pomos, que están en contacto con las manos de otras personas.

– Evitar el contacto con personas contagiadas: las aglomeraciones o zonas cerradas donde es más dificil que el aire se renueva, existe mayor posibilidad de contraer el virus, por lo que evitar este tipo de lugares puede ser la diferencia entre contagiarse o no.

– Mantener una higiene adecuada: para reducir el riesgo de contraer la gripe, es conveniente taparse la boca al toser o la nariz al estornudar, son gestos que ayudan a que no se propague el virus, ya que la saliva o las pequeñas gotas contienen bacterias. Usar pañuelos desechables siempre y tirar al limpiarnos.

– Hidratarse: el malestar y la fiebre pueden ser dos desencadenantes de deshidratación en la persona mayor, por lo que es aconsejable que beba agua a diario, 1,5 litros aproximadamente y también otros líquidos como zumos, sopas o leche.

– Es también recomendable la ingesta de alimentos ricos en vitamina C, como la naranja, tomate o brócoli.

– Evitar el frío: ya que puede bajar las defensas de los mayores, por lo que es conveniente no estar en lugares húmedos y con bajas temperaturas.

¿Cómo saber si es gripe o resfriado?

La gripe y el resfriado comparten algunos síntomas comunes como pueden ser la tos o dolor de garganta, pero si queremos diferenciar una gripe de un resfriado debemos prestar atención a algunas diferencias:

– Cuando estornudamos y se tiene la nariz taponada, hablamos de resfriado y non de gripe.
– Si la persona mayor tiene tos seca, probablemente sea un síntoma de la gripe ya que el resfriado común aparece tos con flemas.
– El agotamiento y fatiga junto al dolor de cabeza es un síntoma inequívoco de estar contagiado de gripe.
– Fiebre alta y escalofríos son dos síntomas de la gripe.
– Si la persona padece gripe, no tendrá cogestión nasal, propia del resfriado.

De igual modo, si observamos que los síntomas no remiten y la persona mayor se encuentra mal, lo más adecuado es ir o avisar al médico para que pueda establecer el diagnóstico oportuno y los cuidados necesarios para mejorar su estado de salud. Actuar a tiempo evitará alguna complicación mayor.