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Así afecta el frío a las personas mayores

Así afecta el frío en las personas mayores

Con la llegada del frío y la bajada de temperaturas son las personas mayores las más vulnerables de padecer sus consecuencias, entre ellas, las infecciones víricas como la gripe o el resfriado. A esto hay que añadir que, a medida que envejecemos, nuestro sistema termorregulador se vuelve más frágil y le cuesta más regular la temperatura ya se trate del calor o frío en las personas mayores. La piel también pierde grosor y elasticidad y se produce un descenso de grasa.

Relacionado con el frío están también los dolores musculares y óseos, artrosis, reumatismo o problemas cardiovasculares que se agravan con el frío y que llegan a reducir su actividad normal y la falta de movilidad. El frío también influye a nivel psicológico y puede provocar la aparición de ciertos trastornos psicológicos como el aislamiento o sedentarismo y enfermedades relacionadas con la depresión.

El estado de ánimo se puede mejorar ofreciéndoles cariño y compañía. Visitarles más en este tiempo que las horas de luz disminuyen y permanecen más tiempo en casa. Un regalo, un café o una charla, son antídotos muy beneficiosos para combatir las secuelas del mal tiempo para las personas de edad. Existen muchas formas de animarles para que el frío no se cuele en su mente.

Cuando la temperatura es baja, el cuerpo pierde calor provocando que los vasos sanguíneos se contraigan y aumente la presión arterial, llegando incluso a producir una hipotermia, es decir, la temperatura corporal en las personas mayores desciende por debajo de los 32- 35ºC.

Hipotermia en personas mayores

Según estudios, la hipotermia puede derivar en problemas de salud más graves provocando daños renales, problemas cardíacos o daños en el hígado. Los factores que pueden llevar a causarla pueden ser diferentes según la persona, pero podemos destacar:

  • Permanecer durante mucho tiempo a ambientes demasiado fríos.
  • Menor protección térmica.
  • Presión arterial baja.
  • Falta de movilidad o permanecer durante bastante tiempo en una misma postura.
  • Metabolismo lento.
  • Diversas enfermedades cardíacas, párkinson, diabetes, artritis…
  • Problemas de circulación.
  • Malnutrición.
  • Consumo de ciertos medicamentos.

Debemos prestar atención a varios indicadores que nos alertan de que una persona mayor puede estar sufriendo una hipotermia: temblores, pérdida de memoria, fatiga, somnolencia, frecuencia respiratoria más lenta, problemas para hablar…

Para que esto no llegue a ocurrir y ayudemos a afrontar la ola de frío y proteger a los mayores de las temperaturas gélidas, es conveniente que sigamos una serie de recomendaciones y extrememos las precauciones durante este invierno.

Recomendaciones para paliar el frío en las personas mayores

  • Salir a la calle bien abrigados, con ropa térmica además de utilizar sombrero, guantes, bufanda y calzado adecuado que nos aísle del frío. De hacerlo, procurar que sea cuando no haga demasiado frío, en horas en las que haya luz y sol.
  • En casa, usar ropa cómoda con la que no sintamos frío, pero tampoco permanecer demasiado abrigados.
  • Usar distintos sistemas para calentar la casa, ya sea la calefacción, radiadores, estufas de leña o braseros. Tener especial cuidado nos estos últimos, ya que desprenden monóxido de carbono y pueden provocar la asfixia.
  • Ventilar la casa a primera hora de la mañana y mantenerla a una temperatura confortable, unos 21ºC para que las personas mayores se sientan cómodas.
  • Cuidar la alimentación: está demostrado, el frío no sólo afecta al cuerpo, también al metabolismo, por eso, es recomendable una dieta saludable y rica en nutrientes que les aporten las calorías suficientes para luchar contra el frío. Platos calientes, como sopas o guisos, además de fruta y verdura de temporada son ideales para complementar su alimentación. Sin olvidarnos de beber la cantidad de agua recomendada.
  • Evitar la soledad de nuestros mayores, pues el frío no solo afecta al plano físico sino también al emocional. Visita a tus seres queridos si no dispone de un cuidador que se encargue de acudir a su domicilio para cubrir sus necesidades.
  • No dejar de lado la actividad física: procura que el adulto mayor realice algún tipo de ejercicio físico, ya sean paseos en el exterior o dentro de casa, pero es necesario para que su cuerpo esté más activo. Si puede compartir este tipo de actividades con otras personas, mejor.

Mayor número de caídas por el frío

Está comprobado que durante el invierno y las bajas temperaturas se producen mas caídas en los adultos mayores. El frío y el hielo son dos factores determinantes para sus huesos frágiles. Por eso es importante tomar precaución cuando salgan a la calle, transitar de manera segura para evitar las temidas caídas.

  • Usar un calzado adecuado: salir a la calle con calzado antideslizante y que se agarre bien al asfalto. Puede ser que el frío produzca hielo en determinados lugares y es una forma de evitar caer al suelo.
  • Usar bastón o caminar acompañado: en caso de inseguridad o tener alguna dificultad para salir a pasear solo, es conveniente hacerlo ayudándonos de un apoyo o de una persona que nos acompañe.
  • Caminar con precaución.

Mayor prevalencia de enfermedades respiratorias

El frío está relacionado directamente con las enfermedades respiratorias y las personas mayores son más vulnerables a los efectos de las bajas temperaturas que, juntos a otros factores, hace que una gripe o un resfriado pueda tener consecuencias más graves para ellos. La edad hace que el organismo no tenga la misma capacidad para afrontar este tipo de agresiones externas.

Con la llegada del invierno, e incluso en otoño, la gripe hace apto de presencia y un gran porcentaje de población mayor se ve afectada cada año. Los síntomas más frecuentes de esta enfermedad vírica son: fiebre, malestar, fatiga, tos, dolor en la garganta, congestión nasal o dolor de cabeza, entre otros y suelen duran entre 2 y 3 semanas.

Para prevenir la gripe, la recomendación es vacunarse como bien indica la Organización Mundial de la Salud, evitando así, complicaciones derivadas de la enfermedad. Por otro lado, es necesario mantener una higiene adecuada para evitar contraer el virus, así como taparse la boca y la nariz al estornudar y toser o lavarse las manos con frecuencia.

Del mismo modo, evitar aglomeraciones y permanecer cerca de otras personas contagiadas, además de evitar el frío, son pautas sencillas que deben seguir las personas mayores para establecer una barrera defensiva ante la gripe. Su tratamiento, una vez que se ha presentado requiere:

– Reposo en cama.
– Ingesta de líquidos.
– Toma de analgésicos o antibióticos, antitusivos o descongestivos nasales.

Si no se presta la debida atención, esta enfermedad respiratoria puede producir complicaciones respiratorias, neuronales y otras provocadas por la fiebre, como la deshidratación. Es por eso que ante alguna señal de alarma se debe acudir al médico.

Está claro que el frío en las personas mayores repercute negativamente en su salud si no es tenido en cuenta, pero también puede ser una oportunidad para pasar más tiempo con ellos y disfrutar de su compañía. Disponer de un tiempo para ellos es vital en su día a día.