Conforme envejecemos la aparición de enfermedades y su consecuente y progresivo deterioro de la salud, hace necesario la toma algún tipo de medicamento y es por esto que, llevar un control exhaustivo es esencial en la administración de estos.
La mayoría de personas de avanzada edad toman varios tipos de medicación, se estima que cerca de un tercio del total de los fármacos prescritos pertenecen a este tipo de edad y, en muchos casos, son incapaces de controlar cómo y cuándo tomarlos. La ayuda de sus cuidadores o familiares hará que los tomen de forma adecuada sin que ello suponga un riesgo más para su salud.
Tomarlos de forma incorrecta o mezclar medicamentos puede ser un riesgo que se debe evitar, siendo el paciente o la persona que lo cuida, quien debe consultar con el médico o farmacéutico sobre el medicamento recetado en caso de tener dudas. Es por eso que, os damos una serie de recomendaciones a la hora de administrar medicamentos a ancianos, controlando que se haga correctamente y así facilitarles la tarea.
Cómo administrar medicamentos a ancianos correctamente
Lo primero que debemos tener es un control detallado de todos los medicamentos que debe tomar la persona mayor, por lo que es conveniente realizar una lista con todas las medicinas que debe tomar y que han sido prescritas por el médico. En ella incluiremos la dosis, los horarios, posibles efectos… En ningún caso administraremos a la persona otro tipo de medicación por nuestra cuenta.
– Para evitar confusiones, podemos organizar los medicamentos en un pastillero o de alguna otra forma que queden claramente identificados tanto la dosis cómo la forma en que se ha de tomar.
– Cada medicamento presenta una serie de especificaciones que se deben tener en cuenta si, por ejemplo, se suministran simultáneamente con otros o no.
– Hay que cumplir exactamente con los horarios de administración de los medicamentos. En caso de que se pase alguna dosis por descuido, todo dependerá del tratamiento que se está siguiendo. Lo normal es preguntar antes de comenzarlo, como actuar en estos casos.
– Si son varias las personas a las que cuidas, es necesario tener cada medicación separada e identificada.
– Tratar de organizar los medicamentos por franjas horarias, agrupando las dosis en ciertos horarios.
– Los medicamentos deben almacenarse en un lugar seguro, fresco y seco, lejos del alcance de los niños y mascotas. Si el anciano no es consciente de su toma, tenerlos en un lugar al que no tenga acceso a ellos.
– Todas las medicinas, con o sin caja, deben estar identificadas de forma perfectamente legible, nombre del fármaco y su concentración.
– Si utiliza jarabes o soluciones orales, no utilice cucharas domésticas para tomar la medida a administrar. Utilice los dosificadores (cucharas ranuradas, jeringas orales, etc) que normalmente se incluyen dentro de los envases de los medicamentos.
– Si utiliza parches, no los corte ya que se podría modificar la liberación del medicamento y producir efectos adversos.
– No acumule medicamentos, probablemente se le caducarán en su domicilio y sólo le servirán para confundirlo.
– Avise a su médico si tiene algún problema con un medicamento recetado.
– Procure adquirir los medicamentos en la misma farmacia ya que es más fácil seguir un control y registro e incluso la ayuda del farmacéutico.
Asimismo, nos podemos encontrar con algún tipo de dificultad que requiera de medidas para que la persona mayor se vea perjudicada lo menos posible. Puede surgir la problemática de que el anciano se oponga a tomar los medicamentos ya sea porque crea que no los necesita, porque padezca alguna enfermedad que le impida comprender por qué los toma o porque sienta temor a los efectos secundarios que puedan producirles.
Si se da este último caso, es necesario anticiparse a ello para poder actuar en consecuencia. También puede ocurrir que algún fármaco cree adicción, por lo que será necesario hablar con el médico de cabecera para actuar al respecto. Por otro lado, puede producirse una intoxicación por la toma accidental de medicamentos por lo que habrá que estar alerta y contactar con urgencias en el menor tiempo posible.
¿Qué tipo de medicamentos nos podemos encontrar?
Podemos diferenciar entre los medicamentos con receta, los de venta libre (pastillas, cremas o líquidos) y gotas, vitaminas o suplementos dietéticos. El paciente o cuidadores en su caso, deben informar al médico que medicamentos toma, incluyendo los recetados por otros facultativos como aquellos de venta libre y que toma de ver en cuando.
Es importante comunicar, cuando vaya a recoger sus medicamentos, si puede tomar bien esa medicina o puede hacerlo de otra forma, si entiende bien la información del prospecto o las instrucciones del envase, si puede abrir correctamente el frasco, si es alérgico a algún componente…
Todo ello conlleva un buen uso del fármaco y la eficacia o no del tratamiento. Además de los síntomas o efectos secundarios que puede traer consigo la toma de un determinado medicamento. Si el paciente sufre efectos secundarios, debe anotarlos para poder reportarlos al médico con precisión.
Debemos llamar al médico siempre que tengamos algún problema con la medicación o si cree que puede estar haciéndole más mal que bien. En este caso, es posible que el medico opte por cambiar ese por otro que le funcione bien.
Prevenir el exceso de consumo de medicamentos en ancianos
Una persona anciana que toma diferentes tipos de medicamentos a la vez, tiene mayor probabilidad de que le produzcan interacciones farmacéuticas, a la vez que se complica por las dificultades para seguir las recomendaciones al tomar los distintos fármacos, haciéndolo de manera incorrecta. Esta polimedicación, está asociada a reacciones adversas de los medicamentos, ingresos hospitalarios como consecuencia de ello, caídas, discapacidad o mortalidad.
Según la OMS, el uso al mismo tiempo de múltiples medicamentos por una persona (generalmente cinco fármacos o más) se define como “polifarmacia”. Los fármacos más consumidos por los ancianos son aquellos que regulan la tensión arterial, para el dolor y colesterol, por este orden. Además, las mujeres, la edad avanzada, no tener estudios o el mayor índice de masa corporal son más proclives a automedicarse. Así es como la misma organización propone una serie de medidas para combatir el problema:
– Implantar revisiones periódicas de la medicación en pacientes polimedicados.
– Revisar la medicación con los pacientes y/o sus cuidadores.
– Estilo de vida adecuado.
– Informar de incidentes y consecuencias que tienen los medicamentos. Reacciones adversas, hospitalización o asistencia al centro de salud primario debido a síntomas.
– Identificar medicamentos inapropiados.
– Mayor investigación para abordar el problema de la polimedicación.
No olvidemos que la población mayor de 65 años lo forma un grupo de especial riesgo para la aparición de problemas relacionados con el consumo simultáneo de varios medicamentos. En definitiva, la administración de medicamentos a ancianos debe estar siempre controlada pues puede ocasionar más de un grave problema de salud al adulto mayor, a veces, con consecuencias irreparables. Tomar las medidas de prevención necesarias en caso de producirse algún problema y siempre tener todo organizado, son claves para suministrar la medicación correspondiente.