Cuando pensamos en hospitales, a menudo nos imaginamos lugares de recuperación y sanación. Sin embargo, para las personas mayores, un ingreso hospitalario puede tener una serie de consecuencias adicionales, más allá del motivo inicial de la hospitalización. Estas consecuencias pueden variar desde impactos físicos hasta emocionales, afectando no solo al paciente, sino también a sus familias y cuidadores.
En este artículo, desarrollaremos con detalle qué implica un ingreso hospitalario para una persona mayor y cómo podemos actuar para minimizar sus efectos adversos.
Consecuencias a nivel cognitivo de ingreso hospitalario de persona mayor
La hospitalización es una situación que puede generar estrés y desequilibrio, especialmente en las personas mayores. Es importante saber que, además de los efectos físicos evidentes, la estancia hospitalaria puede tener consecuencias a nivel cognitivo en este grupo de edad. Aquí te presentamos algunos de estos efectos ofrecidos por nuestros expertos de ayuda a domicilio en Salamanca:
Delirio o confusión
Uno de los efectos cognitivos más comunes en personas mayores hospitalizadas es el delirio. Esto puede manifestarse como confusión, desorientación temporal o espacial, y cambios en el nivel de conciencia. A menudo es temporal, pero puede ser muy angustiante tanto para el paciente como para su familia.
Deterioro de la memoria
Algunos ancianos pueden experimentar dificultades con la memoria después de una hospitalización. Podría deberse a medicaciones, falta de sueño o al estrés asociado con la hospitalización.
Disminución de la capacidad de atención
La persona mayor puede tener problemas para concentrarse o seguir conversaciones, lo que podría dificultar la comprensión de sus tratamientos o instrucciones médicas.
Afectación del juicio y la toma de decisiones
En algunos casos, la capacidad de tomar decisiones se ve afectada, ya sea por medicamentos, por el propio estado de salud o por el estrés de estar en un entorno desconocido.
Cambios en el estado de ánimo
No es raro que surjan sentimientos de ansiedad, depresión o apatía después de una hospitalización, lo que puede influir en la función cognitiva y la motivación del individuo.
Consecuencias físicas
¿Sabías que la hospitalización puede traer consigo algunas desmejoras físicas? Algunas de ellas son las siguientes:
- Pérdida de masa muscular: La inactividad durante la estancia hospitalaria puede conducir a la atrofia muscular. Unos pocos días en cama pueden disminuir notablemente la fuerza y resistencia muscular en personas mayores.
- Problemas cardiovasculares: La inmovilidad prolongada puede aumentar el riesgo de desarrollar coágulos en las piernas, lo que podría derivar en complicaciones como la trombosis venosa profunda.
- Disminución de la movilidad articular: La falta de movimiento puede provocar rigidez en las articulaciones, afectando la movilidad y autonomía de la persona.
- Riesgo de caídas: La debilidad muscular, junto con posibles efectos secundarios de medicamentos y el desequilibrio, pueden incrementar el riesgo de caídas al intentar levantarse o caminar.
- Problemas respiratorios: La inmovilidad puede afectar la capacidad pulmonar, favoreciendo la acumulación de secreciones y aumentando el riesgo de infecciones respiratorias.
- Alteraciones en la piel: Estar mucho tiempo en la misma posición puede ocasionar úlceras por presión o escaras, especialmente en zonas donde el hueso está cerca de la piel.
- Desnutrición: En ocasiones, las personas mayores pueden encontrar poco apetecible la comida hospitalaria o presentar disminución del apetito, lo que puede impactar su nutrición y recuperación.
Consecuencias en el descanso
Dormir bien es una parte esencial de nuestra vida. El descanso afecta nuestra salud, humor, energía y hasta nuestra capacidad de pensar. Pero ¿qué pasa cuando nuestro descanso se ve interrumpido o no es de calidad?
- Fatiga y falta de energía: Si no dormimos lo suficiente, nos sentimos cansados, con falta de vitalidad y menos dispuestos a realizar nuestras actividades diarias.
- Alteraciones del estado de ánimo: Puedes notar que estás más irritable, ansioso o incluso triste cuando no has dormido bien. El buen humor se esfuma y es más fácil sentirnos abrumados.
- Problemas de memoria: Durante el sueño, nuestro cerebro procesa y almacena recuerdos. Sin un descanso adecuado, esta función se ve afectada y podemos olvidar cosas importantes.
- Disminución del sistema inmunológico: Si no descansamos lo necesario, nuestro sistema inmunológico se debilita, lo que nos hace más susceptibles a enfermar.
- Alteraciones en el metabolismo: La falta de sueño puede influir en el apetito, aumentando las ganas de consumir alimentos ricos en calorías y azúcares. A largo plazo, esto puede llevar a problemas como la obesidad.
¿Existen consecuencias en los cuidadores?
Como sabemos, los cuidadores desempeñan un papel fundamental en el bienestar de aquellos a quienes atienden. Sin embargo, cuando la persona a su cargo es hospitalizada, esto puede tener diversas consecuencias en el cuidador, como, por ejemplo:
- Estrés y ansiedad: Es común que los cuidadores se sientan ansiosos o estresados durante la hospitalización de su ser querido, preocupándose por el bienestar del paciente y por cómo se desarrollarán los acontecimientos.
- Agotamiento físico y mental: Las visitas al hospital, las noches en vela y la preocupación constante pueden llevar al cuidador a un estado de fatiga. Esto puede afectar su salud y capacidad para cuidar efectivamente.
- Sentimientos de culpa: Es posible que el cuidador experimente sentimientos de culpa, pensando que podrían haber hecho algo diferente para prevenir la hospitalización.
- Desorientación temporal: La rutina diaria del cuidador se ve interrumpida, lo que puede generar una sensación de pérdida o desorientación.
- Preocupaciones económicas: Además de la preocupación por la salud del paciente, puede surgir la ansiedad sobre los costos hospitalarios y el impacto económico que tendrá en el hogar.
- Desconexión social: La hospitalización puede aislar al cuidador de su red social, lo que puede intensificar sentimientos de soledad o aislamiento.
- Dudas y necesidad de información: El cuidador puede sentirse abrumado por la cantidad de información médica, tratamientos y decisiones que se deben tomar.
¿Cómo cuidar a una persona mayor cuando sufre ingresos hospitalarios constantes?
Lidiar con hospitalizaciones constantes puede ser un desafío tanto para la persona mayor como para sus cuidadores. En estos casos, es esencial ser proactivo y organizado para garantizar que la persona reciba el mejor cuidado posible.
A continuación, te ofrecemos algunas recomendaciones para cuidar de tu ser querido en estas circunstancias:
Mantente informado
Conoce las condiciones médicas y los tratamientos de la persona mayor. Por ello, asegúrate de tener un registro actualizado de los medicamentos, alergias y cualquier otra información médica relevante.
Comunicación con el equipo médico
Establece una buena relación con los médicos, enfermeros y otros profesionales de salud que atienden a la persona mayor. Ellos serán tus principales aliados en este proceso.
Ambiente familiar
Lleva al hospital objetos que hagan que la persona se sienta más en casa, como fotos, por ejemplo, mantas o incluso su almohada favorita.
Cuida su nutrición
Asegúrate de que esté recibiendo una dieta adecuada. Consulta con los nutricionistas del hospital y, si es necesario, llevar alimentos caseros que cumplan con las indicaciones médicas.
Apoyo emocional
¿Sabías que las hospitalizaciones constantes pueden generar ansiedad o miedo? Por eso, estar allí para apoyarlo emocionalmente es crucial. Escucha y comprende sus sentimientos y preocupaciones.
Dale autonomía
Aunque necesite cuidados, es importante que sienta que tiene control sobre algunas decisiones y aspectos de su vida.
Mantente organizado
Lleva un diario o cuaderno donde anotes fechas, tratamientos, medicamentos y observaciones. Esto te ayudará a mantener un registro y a comunicarte mejor con los profesionales de salud.
Cuida de ti mismo
Recuerda que, para cuidar a alguien, debes estar bien tú también. Encuentra momentos para descansar, relajarte y recargar energías.
Prepara el hogar
Asegúrate de que, tras cada alta hospitalaria, la casa esté preparada para recibir a la persona mayor, con todo lo que pueda necesitar a mano y en un ambiente seguro y cómodo.