
A medida que las personas envejecen, mantener el hogar limpio y organizado puede volverse más complicado. Además, algunas tareas cotidianas, como cocinar, hacer compras o incluso cuidar de la higiene personal, pueden requerir apoyo. En estos casos, contar con ayuda doméstica es una excelente solución. Sin embargo, si la contratación no se realiza de manera adecuada, puede generar problemas en lugar de alivio.
Muchas familias cometen errores al contratar personal para ayudar a sus seres queridos mayores. Esto no suele deberse a la falta de interés, sino a la desinformación o la falta de planificación. Para evitar inconvenientes y asegurarse de que la persona mayor reciba la mejor atención posible, es importante conocer los errores más comunes y cómo prevenirlos.
1. No definir claramente las necesidades del adulto mayor
Uno de los errores más frecuentes es buscar ayuda sin saber exactamente qué se necesita. No todas las personas que trabajan en el servicio doméstico tienen experiencia en el cuidado de adultos mayores, y no todas las personas mayores requieren el mismo tipo de asistencia.
Antes de contratar a alguien, es fundamental analizar:
- Si la persona mayor necesita únicamente limpieza y cocina o si también requiere ayuda con la movilidad, la higiene personal o la administración de medicamentos.
- La cantidad de horas de trabajo necesarias: ¿será suficiente con alguien que vaya unas horas al día o se necesita a una persona a tiempo completo?
- Si se requiere apoyo para acompañamiento en citas médicas, paseos o actividades recreativas.
2. No verificar referencias ni antecedentes
Muchas familias confían únicamente en recomendaciones de conocidos sin verificar la experiencia del trabajador. Aunque una referencia puede ser útil, no es suficiente para garantizar que la persona contratada será confiable y tendrá las habilidades necesarias.
Para evitar riesgos, es importante:
- Solicitar referencias laborales y contactar a empleadores anteriores para conocer su experiencia con el candidato.
- Realizar una entrevista detallada donde se evalúe no solo la experiencia del trabajador, sino también su actitud y paciencia con adultos mayores.
- Si el trabajador tendrá acceso a dinero, llaves o pertenencias personales, considerar solicitar un certificado de antecedentes penales.
La seguridad y el bienestar del adulto mayor deben ser la prioridad. Un proceso de selección cuidadoso puede evitar situaciones incómodas o incluso peligrosas.
3. No dejar claras las expectativas desde el principio
Es un error común asumir que la persona contratada «irá entendiendo» sus funciones con el tiempo. Muchas veces, los conflictos entre empleadores y trabajadores domésticos surgen porque no se establecieron reglas claras desde el primer día.
Para evitar malentendidos, es fundamental conversar sobre:
- El horario de trabajo y los días de descanso.
- Las tareas específicas que se esperan, incluyendo si debe cocinar, hacer compras o acompañar al adulto mayor a consultas médicas.
- Reglas dentro del hogar, como el uso del teléfono, acceso a ciertas áreas de la casa y normas de convivencia con otros familiares.
- Qué hacer en caso de emergencias o situaciones inesperadas.
4. No formalizar la contratación
Aún es común que muchas familias contraten ayuda doméstica sin formalizar el acuerdo por escrito. Sin embargo, esto puede generar problemas en el futuro, tanto para el empleador como para el trabajador.
Un contrato escrito brinda seguridad a ambas partes y debe incluir:
- Salario y horarios de trabajo.
- Descripción detallada de las tareas a realizar.
- Beneficios y prestaciones, de acuerdo con la legislación vigente.
- Condiciones para la terminación del empleo.
Además, es recomendable registrar al trabajador en el sistema de seguridad social para que tenga acceso a atención médica y otros beneficios. No hacerlo podría generar problemas legales y económicos en caso de una disputa laboral.
5. No considerar la compatibilidad con la persona mayor
No basta con que el trabajador tenga experiencia en el servicio doméstico. Si no hay una buena relación con la persona mayor, la convivencia diaria puede volverse tensa y desagradable.
Cada adulto mayor tiene su propia personalidad, sus costumbres y sus preferencias. Algunas personas necesitan a alguien que les brinde conversación y compañía, mientras que otras prefieren un trato más discreto. Es importante observar cómo interactúan el trabajador y la persona mayor durante la entrevista y, si es posible, durante un período de prueba.
Si desde el inicio hay incomodidad o falta de confianza, es mejor buscar a alguien que realmente encaje con las necesidades y la personalidad del adulto mayor.
6. No ofrecer un ambiente laboral adecuado
El respeto y la dignidad son esenciales en cualquier relación laboral. En muchos casos, sin darse cuenta, los empleadores crean un ambiente poco favorable para el trabajador, lo que puede afectar su motivación y su desempeño.
Algunas malas prácticas que deben evitarse incluyen:
- No proporcionar un espacio adecuado para que el trabajador descanse o coma.
- Exigir horas extras sin una compensación justa.
- Tratar al trabajador con indiferencia o falta de respeto.
7. No supervisar ni dar retroalimentación
Contratar a alguien para ayudar en el hogar no significa desentenderse por completo de las responsabilidades. Es importante hacer un seguimiento del desempeño del trabajador y asegurarse de que la persona mayor reciba el cuidado adecuado.
Para ello, se recomienda:
- Mantener una comunicación abierta y respetuosa con el trabajador.
- Hacer revisiones periódicas sobre la calidad del trabajo y el trato con el adulto mayor.
- Ofrecer retroalimentación constructiva si es necesario hacer ajustes.
- Reconocer el buen trabajo cuando se haga bien.
8. No establecer un período de prueba
Uno de los errores más frecuentes es contratar a alguien sin asegurarse de que realmente se adapta a las necesidades del adulto mayor. Para evitar problemas a largo plazo, lo ideal es establecer un período de prueba de una o dos semanas.
Durante este tiempo, se debe evaluar:
- La puntualidad y responsabilidad del trabajador.
- Su trato con la persona mayor y su disposición para escuchar y adaptarse.
- La calidad de su trabajo y su actitud ante nuevas tareas.
9. No considerar un pago justo
El salario es un factor determinante para mantener a un buen trabajador a largo plazo. Ofrecer un pago por debajo de lo justo puede generar insatisfacción y una alta rotación de personal, lo que afecta la estabilidad de la persona mayor.
Para establecer un pago adecuado, se deben considerar:
Posibles beneficios adicionales, como transporte o alimentación.
El mínimo legal en el país o región.
La experiencia y habilidades del trabajador.
La carga de trabajo y las responsabilidades asignadas.